La curva polar de un parapente se obtiene a través de la medición de la tasa de hundimiento a distintas velocidades aerodinámicas, aunque también se puede trazar por medio de cálculos teóricos.
Los datos que se tienen después son conectados por medio de una línea con la que se forma la curva. En este aspecto, es muy importante tener en cuenta que cada planeador tiene una curva polar diferente dependiendo de varios factores, como el control de la resistencia de la superficie, la suavidad del ala, así como también puede depender de la presencia de lluvia o distintas condiciones.
Es decir, los distintos tipos de planeadores tienen distintos tipos de curvas polares, pudiendo cambiar si es un vuelo solo o doble, así como si se realiza sin o con el lastre de agua, con o sin extensiones de ala, etc.
Esto es importante porque conocer la mejor velocidad para volar en parapente nos puede permitir aprovechar mejor el rendimiento de nuestro planeador. En esta medición, dos de las medidas más importantes para conocer el rendimiento de un parapente es su mejor índice de planeo (ángulo de planeo) y su tasa de caída mínima.
Estas velocidades son importantes para poder tener el vuelo a campo a través más eficiente. La curva polar puede mostrar la velocidad mínima de descenso en aire quieto, permitiendo que el piloto pueda estar en el aire durante más tiempo y ascender lo más rápido que pueda, pero a dicha velocidad el planeador no volará tan lejos como si fuera a la mejor velocidad para el planeo.